Los hombres sufren síntomas particulares relacionados con las dudas, la culpa y las preocupaciones excesivas en relación al trabajo y a la pareja, así como mayor angustia ante el desempeño sexual. Cada intervención debe tener en cuenta los síntomas de angustia que aparecen en cada hombre concreto.
Cada vez son más hombres los que se animan a acudir a consulta. Por su situación puede que sientan más soledad a la hora de poder comunicar su angustia o sus preocupaciones. Ser hombre no es fácil; pueden sentir mucha presión en relación a su posición como varones, en relación a la sexualidad, la paternidad o la pareja. La posibilidad de poder decir sobre su angustia, ser escuchados sin ser juzgados y abordar las preocupaciones que les invaden, calman los síntomas y les ayudan en su relación con la pareja, los hijos e hijas, el trabajo y su familia.
Un proceso de terapia te ofrece la oportunidad de hablar sobre los síntomas asociados al problema. El hombre que decide acudir a terapia encuentra un apoyo en el proceso para detectar cuáles son los factores que están influyendo en su angustia. La psicoterapeuta te acompaña potenciando los recursos que tú ya tienes, ayudando a aceptar y llevar a cabo tu deseo, a que sea más consistente y firme, y a reducir el ideal que te impide lograr aquellas cuestiones que son importantes en tu vida, convirtiendo lo imposible en posible, respetando tus particularidades.
Dada la variedad de síntomas, situaciones y hombres, no hay una manera única de abordar los malestares. Cada hombre es particular y hay que tratarlo como tal, como singular.
Nuestra práctica está avalada por la experiencia, la intervención es flexible en función de la demanda del paciente y de sus deseo de abordar lo que le preocupa. Poder hablar cuando resulta difícil, ser escuchado sin juicios y darse cuenta de del sentido de esos síntomas ayuda mucho a calmar el pensamiento y a abordar las tareas de la vida de otra forma.
El número de sesiones depende de varios factores: tipo de problema, cronicidad del mismo, tiempo que el hombre lleva padeciendo la dificultad, características de personalidad, actitud ante el tratamiento. Depende de las necesidades del paciente. No adaptamos a cada síntoma y a cada hombre con sus diferencias y singularidad.