Preguntas

Preguntas más frecuentes.


1. ¿Todo el mundo tiene problemas psicológicos?

2. ¿Cómo se manifiesta la angustia?

3. ¿Qué es un síntoma y cómo lo abordamos en consulta?

4. ¿Qué tipo de intervenciones ofrecemos?

5. ¿Cuántas sesiones son necesarias?


1. ¿Todo el mundo tiene problemas psicológicos?


Todo el mundo ha padecido algún síntoma que, de forma crónica o puntual, ha supuesto un bloqueo, dudas, la sensación de no poder seguir, confusión y sensación de angustia.

En ocasiones, la angustia no está tan presente, pero otras, nos interrumpe la vida que estamos llevando y no podemos seguir.

Abordar la angustia o el dolor desde la palabra suele calmar y aliviar aunque, posteriormente, es necesario hacer un trabajo que implica preguntarnos qué nos quiere decir.

La angustia en cualquiera de sus manifestaciones es un mal común, no es fruto de la anormalidad o de que la persona no sepa hacer con la vida (con la pareja, el trabajo, las responsabilidades o las decisiones, con los hijos, con el jefe…) Es una señal y una pregunta que nos enfrenta con algo de nuestra vida que es importante y a lo que no hemos hecho caso. La angustia se presenta para que le hagamos caso a lo que nos duele, sepamos o no la causa que provoca el dolor.


2. ¿Cómo se manifiesta la angustia?


La angustia también llamada comúnmente ansiedad tienen muchas formas. Las personas podemos sentir:


• Ansiedad o miedo ante algo concreto o ante algo que la persona desconoce.

• Problemas con el sueño: no conciliar el sueño, dormir mal, sensación de que el sueño no es reparador, sueño interrumpido o despertar antes de tiempo.

• Problemas con la comida, por exceso o por defecto y dependencia de sustancias adictivas.

• Preocupaciones excesivas y pensamientos intrusivos y persistentes.

• Dudas constantes.

• Bloqueo para tomar decisiones.

• Posponer las tareas, obligaciones o actividades.

• Sentimiento de abandono o de pérdida de sentido de la vida. Tristeza y ausencia de vitalidad.

• Despersonalización: sensación de extrañeza con uno mismo o con el ambiente.

• Celos y desconfianza.

• Problemas en las relaciones sexuales: falta de deseo, problemas en el desempeño sexual.

• Timidez y miedo a las relaciones personales. Aislamiento

• Sentimientos de humillación, abandono y soledad.

• Agresividad o sentimientos de impulsividad y descontrol.

• Sentimientos de decepción con las relaciones personales.

• Problemas para sentirse aceptado o querido, para sentirse reconocido.

• Dolor en las articulaciones, migrañas, dolores crónicos y fatiga, hormigueo en partes del cuerpo. Sensibilidad excesiva en alguna parte del cuerpo.

• Falta de ganas y de motivación.

• Estrés, agitación, temblores, taquicardia y nerviosismo.


3. ¿Qué es un síntoma y cómo lo abordamos en consulta?


Un síntoma es una forma de responder que se presenta ante alguna situación real o imaginaria que es intolerable o difícil para la persona. El síntoma es una pregunta que nos interroga ¿qué soy para la otra persona? ¿qué quiero? ¿Cómo puedo decidir? Las personas dudamos, tenemos insatisfacciones con la vida, con las relaciones y cuando no podemos o no nos sentimos capaces de responder o no encontramos una única y certera respuesta, aparece la angustia: no dormimos, comemos demasiado, nos duele el cuerpo, sufrimos y nos entristecemos.


El síntoma se presenta de muchas maneras y tiene una característica: suele repetirse en la vida de la persona. A veces nos acompaña desde siempre y otras se manifiesta de vez en cuando, incluso cuando no hay causa aparente.


Es importante hacer caso a ese síntoma, no sólo intentar quitarlo de en medio. Es molesto y nos interrumpe la vida cotidiana pero es una respuesta que damos a algo que nos resulta difícil de aceptar y se trata de analizar qué es.


4. ¿Qué tipo de intervenciones ofrecemos?


En este modelo de intervención no somos enemigos del síntoma. Y no hacemos diagnósticos en función de los síntomas, porque pueden ser diversos y deberse a diferentes razones: en cada persona se presentan, se repiten y se deben a razones distintas.


En este sentido, no hay un tratamiento y abordaje universal. Hay que llevar a cabo una terapia particular y singular para cada persona, porque somos singulares y nuestras biografías no son iguales.


Las primeras sesiones se orientan a saber más de esa dificultad, hablar de ella para que cada persona pueda encontrar su respuesta particular. No hay soluciones iguales para todo el mundo. Vamos a acoger y a acompañar a esa persona para que hable sobre sus relaciones, cómo se configuró como sujeto y qué le afecta de lo que vive en el presente.


La persona no sabe qué le pasa y en el proceso de terapia ella misma va descubriendo eso que resulta enigmático para sí misma. Vamos dirigiendo la cura hasta que su posición cambia y el síntoma se calma.


5. ¿Cuántas consultas son necesarias?


La terapia es un proceso que no tiene una duración determinada. Dado que somos sujetos, cada persona es única y singular, no se puede aplicar la misma terapia a todo el mundo por igual sin tener en cuenta las diferencias y las particularidades.
Para algunas personas unas pocas sesiones son suficientes, mientras que para otras es importante darle una continuidad y un compromiso al proceso para que se pueda ver una evolución.


Hay síntomas más resistentes que otros, no porque la persona no quiera mejorar, sino porque no todo el mundo ha sufrido lo mismo, ni de la misma manera. Lo que es universal para todo el mundo es que, cuando nos sentimos angustiados es necesario darle un tiempo a esa angustia para que se calme, es importante que la persona hable de lo que le sucede, lo asocie y lo entienda.


Este proceso lleva un tiempo, particular para cada uno; pero si nos permitimos darnos ese tiempo, los síntomas mejoran, la persona va recuperando su deseo, su vida y se siente cada vez más capaz de hacer con lo que le causaba el dolor y de reconocer mejor lo que quiere y desea.

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